

La gran pregunta es ¿cuál es la diferencia entre interiorismo y decoración? El concepto nos suena, pero es difícil definirlos sin caer en malentendidos. O mejor dicho, entendiendo qué estamos diciendo. Porque, seamos sinceros, sabemos que los dos mejoran un espacio. Pero llegado el momento, ¿cómo sabes si necesitas a un interiorista o a un decorador?
Vamos a empezar conociendo la definición de cada una de ellas. Porque, si no sabemos qué son, no podemos diferenciarlas.
El interiorista se encarga de dar vida a un entorno. Cambia la distribución arquitectónica y realiza modificaciones estructurales del espacio. Esto significa que trabaja con el arquitecto y juntos, entregando un producto completo. Puede tirar paredes o moverlas. También reubica las instalaciones eléctricas y reorganiza el espacio a nivel estructural. Además, crea un ambiente adecuado al proyecto. Estudia el concepto, crea la identidad y establece colores, texturas y puntos de luz. En resumen, el interiorista moldea el espacio para crear un nuevo elemento. Es todo un mago del espacio y la forma.
El decorador aprovecha el espacio y lo viste, para que el entorno tenga una nueva luz. A pesar de que no transforma los espacios, es capaz de imbuir una sensación totalmente nueva a un lugar conocido. El profesional de la decoración juega con los espacios, los colores, las texturas. También optimiza los rincones y crea diferencias en los ambientes de una misma estancia. Al contrario que el interiorista, no está capacitado
para modificar la distribución. Ni tampoco trabaja mano a mano con el arquitecto. Sino que lo hace posteriormente sobre los planos establecidos.
Ahora ya tenemos una pequeña idea de a qué se dedica cada uno de estos perfiles. Vamos a darle caña a las principales diferencias entre interiorismo y decoración.
El decorador se encarga de vestir el espacio. Sin embargo, el interiorista moldea ese espacio para convertirlo en algo totalmente nuevo. Incluye el desplazamiento de la estructura eléctrica y la reorganización de las paredes según el proyecto. Por otro lado, el decorador no puede entrar en estos aspectos y su actuación se queda en un nivel más visual.
El interiorista necesita unos estudios formales que engloban conceptos estructurales. Esto le permite realizar proyectos en los que modifica el espacio. El decorador no va a modificar los principales aspectos de la estructura. Por tanto, no requiere de estudios relacionados con este aspecto.
Es importante saber la diferencia entre el trabajo de ambos profesionales. De esta manera, acudiremos al profesional adecuado en función de nuestras necesidades.
Sin embargo, es importante resaltar que ambos tienen un objetivo común:
En Levulevú somos expertos en interiorismo y tenemos muchos proyectos a nuestras espaldas. Vemos el potencial en cuanto ponemos un pie en el espacio. Y extraemos su personalidad porque vemos aquello en lo que se convertirá. Nuestra experiencia, imaginación y buen hacer con el mix perfecto. Queremos que tu espacio sea único y sabemos escuchar sus necesidades. ¿Comenzamos a dar forma a ese sueño? Cuéntanos tu idea y pongámonos manos a la obra.
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