De las dos propuestas que desarrollamos para este trabajo de interiorismo, una de ellas hizo necesario un trabajo intensivo de diseño gráfico y de mobiliario.
Nos gustaba la idea de crear un espacio muy lúdico, pese a ser una tienda de souvenirs, donde todo el mundo se sintiera a gusto -especialmente los más jóvenes- y que animase a interactuar con el entorno y los productos expuestos. Para ser más originales, se nos ocurrió diseñar los muebles desde cero. Fueron un reto especialmente complicado resolver las estanterías irregulares, los cajones girados apilables, los percheros y los expositores de suelo.
Para darle coherencia, unidad y colorido al conjunto, vimos necesario crear una serie de personajes -animalitos- que iban apareciéndose en puntos estratégicos de cada pieza de mobiliario, columnas o los propios muros, como interactuando o jugueteando con el entorno que les había tocado.
